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UCERO (Soria) Ermita de San Bartolomé


La ermita templaria de San Bartolomé, en
pleno Cañón del rio Lobos, es la obra cumbre del
simbolismo iniciático pétreo templario y es una de las manifestaciones
arquitectonicas más
arquetípicas castellanas del sabor esotérico de las Cofradias de
Constructores del Medievo,
vinculadas en este caso a la orden del temple.

El simbolismo iniciático comienza por el propio nombre del enclave,
Cañon del rio Lobos, que
parece derivar del dios "Lug" cuyo emblema es el lobo, además el lobo
era uno de los grados
iniciáticos de las cofradías de maestros canteros en el medievo.

Se suele considerar, aunque en esto no hay total unanimidad, que la ermita
de San Bartolomé
se corresponde con la iglesia del antiguo convento templario de San Juan
de Otero.
Se trataría de uno de los cinco conventos templarios que tenia el Temple
en Castilla en el
momento de su disolución, en 1312.

De la observación directa sobre el terreno, no se observa constancia
alguna de
restos de edificaciones que hagan suponer la existencia de un complejo
monacal.

El cañon del rio Lobos ha sido uno de los
itinerarios más protegidos, que usaban los peregrinos
para enlazar con el camino francés del camino de Santiago, y el crismón
existente en un canecillo
del ábside es el mejor testigo de este paso de peregrinos puesto que era
la marca gremial que
dejaba la cofradia de constructores conocida en Francia con el nombre de
Hijos del Maestro
Santiago. Por lo tanto cabe suponer que ellos son los artifices de la
construcción.

Cuenta una leyenda que el Ápostol Santiago, montado sobre su caballo,
saltó desde el alto de uno
de los farallones del cañón. Los cascos dejarón sus huellas sobre la
piedra, cerca del camino hoy
utilizado y la espada se le cayó al suelo y allí donde quedo clavada
quedó revelado que sería el
lugar donde se edificaría la actual ermita de San Bartolo.

La ermita de San Bartolomé, está enclavada en un lugar equidistante de
los dos puntos más
septentrionales de la geografia peninsular, los cabos de Creus y
Finisterre. Este punto central
es el "Omphalos" (el centro del mundo).

La advocación de la ermita a San Bartolomé, que como se sabe se le
representa con su piel en
las manos, ya que fue desollado vivo, es según los ocultistas una clara
referencia a la
serpiente que también muda la piel, y ya sabemos lo que en el mundo de
los iniciados representa
la serpiente en cuanto a conocimiento.


La primera cita documental de Ucero es de
1157, lo que hace suponer que en esta fecha los
monjes templarios debian ocupar ya la ermita de San Bartolomé, y el
castillo próximo.
 

fuente: http://www.jdiezarnal.com/ermitasanbartolome.html

ERMITA DE SAN BARTOLOMÉ DE UCERO

Templarios en
el Cañón

Ángel Almazán

Textos entresacados de sus obras
"Por tierras de Soria, La Rioja y Guadalajara" (Sotabur, 1997) y "Guía
templaria soriana y el enigma del río Lobos" (Sotabur, 1999).

Reproducido con permiso del autor.

En un meandro del río Lobos, protegida por
cantiles enormes, con el buitre leonado como vigilante eterno y psicopompo
desde la época celtíbera, con una enorme cueva donde oficiar los Misterios
de la Magna Mater
, y asentando sus cimientos en la firme roca, se
encuentra uno de los Centros del Mundo más misteriosos de Europa:
la ermita de San Bartolo, antiguo templo del monasterio
templario de San Juan de Otero. Todo él es de sillería, para que las
energías sutiles no se dispersen y puedan concentrarse y favorecer a
todo Peregrino del Alba que busque la Gnosis.

La actual ermita es heredera de una abadía de
la que se tiene documentación a partir de 1477. Anteriormente, y según
la tradición, debió ser la iglesia del convento templario de San Juan de
Otero, tal y como afirmaba el historiador de la diócesis, Juan
Loperráez, en 1788.

Tiene este templo muchas similitudes con San
Juan de Duero (Soria): planta en cruz latina, hastiales rematados en
triángulos, románico tardío y protogótico. La fecha de construcción
parece ser del primer tercio del siglo XIII y algunas marcas de cantería
delatan manos aquitanas en la labra de los sillares. El magnífico
crismón del ábside nos está indicando igualmente que la iglesia fue
construida por una cofradía de los Hijos del Maestro Jacques que
perdura hoy en Francia con el nombre de Compañeros Pasantes del Deber,
y por tanto el templo que estamos contemplando formaba parte de los Mil
Caminos de Santiago
con una particularidad esencial: era además un Centro
del Mundo
con todo el telurismo y el simbolismo necesario para que
el Espíritu atravesara el cuerpo y el alma de los Adeptos.

El nombre de este convento y su ubicación en la
tierra de Soria figura en una bula del Papa Alejandro III, despachada
el 10 de Octubre de 1170, siendo citada posteriormente por Francisco
Rades de Adrada (1572), Argote de Molina (c. 1588), Pedro Rodríguez de
Campomanes (1747), Juan de Mariana ( 1789) y Santiago López (1813).
Ahora bien, investigadores hay que dudan de su ubicación en San Bartolomé
de Ucero; el último ha sido Gonzalo Martínez Diez, que localiza San
Juan de Otero nada menos que en el cerro de San Juan, en la mojonera de
los términos de Peroniel del Campo, Tozalmoro y Mazalvete. La falta de
documentos ha dado pábulo a diversas localizaciones. El entorno de la
ermita ha sido habitado desde la Edad del Bronce. Nos encontramos, por
tanto, en una zona milenaria de hábitat humano, como corresponde a este
paso natural entre la vega del Ucero y el alfoz de Lara. Pasaje
estratégico que fue utilizado en uno de los "Mil Caminos de Santiago".
Lo recóndito del enclave y la función estratégica y de peregrinación que
tenía el Cañón debieron ser, junto con otras circunstancias, las
razones que impulsaron a los monjes guerreros de la Orden del Temple a
establecerse en este enclave equidistante de los dos puntos más extremos
de la geografía peninsular, los cabos de Creus y Finisterre, como
descubriera años atrás Juan García Atienza.

Posteriormente
el segundo Maestre de Calatrava, Frey Fernando Escaça, entra en pleito
con Frey
Hermindo, Maestre del Temple, por los bienes y la herencia de Frey
Fernando
Núñez de Fuentearmegil (entre Ucero y el Burgo). La resolución quedó en
manos
del obispo de Osma y del Abad de San Pedro de Cardeña (Rades de
Andrada).

Los bienes
referidos eran herencia de su padre Nuño Garcés de Fuentearmegil y su
esposa
Teresa Fernández "por donde parece
(conforme al tiempo y a los apellidos) que este Frey Fernan Núñez fue
hermano
de Pero Nuñez de Fuentealmexir, de quien se trata en la Crónica General,
y de
quien descendió Pero Núñez de Avellaneda, señor de Aza y de Iscar
".
Así conocemos el nombre del único caballero templario soriano conocido
documentalmente.

Entre 1169 y
1170, tuvo lugar el conflicto entre Calatrava y el Temple por fray
Fernando
Núñez de Fuentearmegil, ya muerto y que hacía tiempo que había profesado
en el
convento de San Juan de Otero. Por tanto, en 1150 estaba ya en plena
utilización -Gil González Dávila-. La teoría más aceptada es que se
encontraba
en el actual emplazamiento de la ermita de San Bartolomé.

También podría
haber ocupado la cima donde se asienta el castillo templario de Ucero
(mediados
del siglo XII según Florentino Zamora). Tras fundarse el señorío, los
caballeros del optaron por buscarse otro lugar más tranquilo para sus
ritos
místicos. Es la ermita de la antigua abadía de San Bartolomé, así
llamada desde
al menos 1477 según un documento antiguo en el que consta su existencia
(150
años tras el final del Temple).

En San
Bartolomé de Ucero aflora un simbolismo templario fuera de toda duda
tanto en
la escultura como en los signos lapidarios. Se trata de una obra
protogótica
del siglo XIII, hacia 1225, contemporánea de San Polo de Soria, según J.

Martínez Frías y J. A. Gaya Nuño. Se encuentra en uno de los Centros
Mágicos de
la Península Ibérica, en pleno corazón del cañón del Río Lobos, hoy día
Parque
Natural. En este enclave, con la sola mirada de los buitres leonados y
las
águilas reales, los Templarios pudieron llevar a cabo sus ritos
esotéricos
iniciáticos, a la par que crearon todo un simbolismo tradicional en la
estructura arquitectónica del templo, así como en los canecillos y en
los dos
pentáculos invertidos dentro de un círculo en forma de mandala que
esconden, a
su vez, diez corazones, y cuya interpretación hay que acudir al sufismo y
a la
alquimia que exportaron desde Tierra Santa.

Tres santos se conjugan en el lugar: Santiago
apóstol, San Bartolomé y San Juan. Del primero, que acogió el simbolismo
iniciático de Hércules e incluso de San Miguel Arcángel, hay dos
leyendas. Una dice que donde se cayó la espada allí fue edificado el
templo, y otra indica que saltó con su caballo y una huella de la
herradura quedó insculpida en la piedra.

Por otro lado el crismón del ábside es el
emblema más característico , junto con la "Pata de Oca", de la cofradía
de constructores "Hijos del Maestro Jacques" (Santiago en francés), que
perdura hoy día en Francia como "Compañeros Pasantes del Deber". El
Crismón, en sí, ofrece un rico simbolismo y característico de los "Mil
Caminos de Santiago", sobre todo del "Camino Francés". Por si esto fuera
poco, en el altar mayor de la ermita de San Bartolo está representado
iconográficamente Santiago Matamoros, cuya festividad se celebra el 25
de julio, es decir, un mes y un día después de San Juan y un mes antes
de San Bartolomé, eje de una romería el 24 de agosto.

Curiosa es tal coincidencia, como lo es el
hecho de que la advocación a San Juan no aparezca por ningún lado de la
ermita y, sin embargo, sí haya perdurado la presencia de los otros dos
santos, cuyas fechas conmemorativas en la liturgia católica suceden mes a
mes a San Juan Bautista, el que bautizó a Cristo en el Jordán (la
ermita, no hay que olvidarlo, está junto al río Lobos).

El evangelio de San Juan – el único esotérico
de los evangelios canónicos – fue muy querido por el Temple, como
también aconteciera entre los cátaros, gnósticos y alquimistas. San Juan
Evangelista y San Juan Bautista son el Jano latino en el esoterismo
simbólico y se vinculan al simbolismo solar, cual fue la "mística"
templaria. Curiosamente, en un canecillo situado sobre la capilla
meridional, puede observarse la figura de un pulpo que,
astrológicamente, está asociado al signo zodiacal de Cáncer y, por
tanto, al solsticio de verano, según René Guenón. Además, la etimología
griega de "lobo" se relaciona con la luz y el lobo fue un animal
emblemático de Apolo, dios hiperbóreo de la luz.

En el simbolismo tradicional pueden invertirse
los sentidos interpretativos. No es por ello extraño que investigadores
diversos, entre ellos Manuel Nonídez García, M. Ángeles Salinas y
Alejandro Aylagas Mirón, consideren que el topónimo "otero" se refiere a
un otear espiritual, dirigiendo la mente y las funciones psíquicas
hacia el alma, a lo que hoy llamamos inconsciente personal y colectivo.

Nonídez y Salinas afirman, además, que en la
noche de San Juan se ve desde este enclave la constelación Sagitta (La
Flecha) señalando al norte el camino de Santiago. Asimismo, declaran que
si se unen diferentes Ermitas e iglesias de la zona con líneas rectas
conforman figuras similares a las constelaciones de Sagitta y Cynus,
luego podría hablarse también de un "otear" astrológico, según estos
autores. Pero la clave cabalística del topónimo "otero" se encuentra, a
mi juicio, en su raíz latina, altarium, que significa altar, de ahí
que, dado el simbolismo esotérico templario, se pueda afirmar que San
Juan de Otero no es otra cosa que "Altar de San Juan".

Podíamos encontrarnos, no obstante, con dos
lugares diferentes que respondiesen a San Juan de Otero. El enclave de
la actual ermita de San Bartolomé, con su río al lado, "Cueva Grande" y
telurismo de la zona, sería el "Altar de San Juan", es decir, el sitio
escogido para algún tipo de iniciación esotérica de la mística solar
templaria. Por contra, San Juan de Otero exotérico podría haberse
situado -como afirmaba florentino Zamora Lucas- sobre el cerro u otero
que domina a Ucero y en el que se construyó el castillo (posiblemente
templario durante un tiempo) y la Ermita anexa, hoy prácticamente
derruida.

Asimismo, la presencia templaria se ha
preservado en la parroquial de Ucero, donde puede verse un Cristo
Templario (como así es conocido) aunque es, al parecer, del s. XV. En su
fachada puede observarse una estela en la que puede advertirse la forma
de una cruz templaria. Además, la propia parroquia tiene la advocación a
San Juan.

Las claves esotéricas son pues, variadas. A las
ya dichas hay que agregar el simbolismo iniciático subyacente del
patrono de la Ermita, San Bartolomé, que está representado en un
bajorrelieve del altar mayor. San Bartolomé era uno de los pocos santos
que honraba por todo lo alto la Orden del Temple, como así lo indica el
artículo 78 de la Regla establecida por S. Bernardo de Claraval. Según
Juan García Atienza hay otros 10 lugares en España con enclaves
templarios donde aún se festeja a San Bartolomé, de quien se dice que
fue desollado vivo, lo cual nos esta advirtiendo sobre una vinculación
simbólica con la serpiente, que está dotada de un simbolismo tan
complejo como fascinante y vinculada a los "lugares del poder". Más
pistas nos las aporta el propio topónimo del Cañón, puesto que el lobo
era uno de los tres grados iniciáticos en las Cofradías de
Constructores, como sucedía con el mono. Pues bien, nos encontramos en
el Cañón del Río Lobos y en la ermita veremos varios canecillos con
figuras de lobos y alguno con la figura del mono. Además, el lobo era el
animal emblemático del dios ligur Lug, del que se ha encontrado una
estela en Uxama (a 15 kms.)similar a otra hallada en Suiza (Lugoves).
Además, el telurismo del lugar nos remite esotéricamente a los "lugares
del poder-Lug". Asimismo, el propio topónimo de Ucero podría derivar de
Lug, puesto que ha sido muy común la desaparición de la "L" en la
toponimia derivada de Lug, como afirma Louis Charpentier. También podría
derivar Ucero de "Lucero", redundando así en la toponimia griega de
"Lobo", y vinculándose esotéricamente con Apolo.

Continuando con las principales claves
esotéricas que nos muestran la huella templaria en este templo, hay que
hacer una mención muy especial a los óculos de los hastíales norte y
sur que configuran dos mandalas iniciáticos de primer orden , con sendas
estrellas invertidas de cinco puntas que dan lugar a un pentágono
central y están entrecruzados por diez corazones, enmarcado, todo ello
por el círculo protector. La "quintaesencia" alquimista está
crípticamente representada en estos mandalas. El pentáculo invertido,
curiosamente, aparece en una estela de San Polo, en Soria, donde hubo
templarios nacidos en Almazán, El Burgo y Soria, como atestigua un
documento templario del s. XII, según Maria Elena Sainz Magaña. Este
pentáculo es la pentalfa, invertida, de los iniciado pitagóricos.

Hay otro gran sello templario en el interior de
este templo y repetido en tres sitios diferentes: unos grabados
idénticos a un "graffiti" que realizaron en la torre del homenaje de la
fortaleza francesa de Chinon diversos altos cargos templarios que
fueron encarcelados allí en 1308, un año antes de morir en la hoguera.
Por otra parte, el simbolismo numérico tan apreciado en el esoterismo
occidental desde Pitágoras, se encuentra plasmado en San Bartolo de
forma reiterada. Y, por si esto fuera poco, y para despejar toda duda
que hubiera acerca de la adscripción templaria de San Bartolo, en el
primer capitel interior de la izquierda de la puerta de entrada se
encuentra labrada la más criptográfica de las cruces templarias, la
"Cruz de las Ocho Beatitudes", que se halla dentro de un círculo rodeado
de rombos, motivo geométrico que coincide con el pavimento del
presbiterio de la iglesia octogonal templaria de la localidad francesa
de Laon, y que recuerda a la bandera dualista templaria.

Los canecillos sugieren numerosas
interpretaciones simbólicas: Géminis, Tonel alquímico, Pareja
Iniciáticas, Laberinto, dios Pan… El sexo masculino y femenino están
claramente labrados en la parte inferior de la enigmática hache en cuña
del canecillo situado entre la cabeza de un templario y la del lobo, en
el centro de la primera hilera de canecillos de la portada. La
transmutación de la sexualidad, no lo olvidemos, fue uno de los
objetivos de los alquimistas y de numerosas sociedades secretas
esotéricas. Y la "H", según el gran maestre masón Robert Ambelain, es el
anagrama de Hiram, el maestro constructor del Templo de Salomón al que
se remiten las Cofradías Medievales de Constructores.

La planta de la ermita es de cruz latina,
parecida a la de San Juan de Rabanera, en la capital, pero sin bóveda
del crucero y cimborrio, al existir una nave principal con un Cañón
seguido muy apuntado, como reseño Gaya Nuño. El exterior es protogótico y
el interior es más románico, a excepción de la bóveda de ojivas con
plementos apuntados del ábside que es plenamente gótica, según J. Mª
Martínez Frías. Fue construida en el primer tercio del s. XIII bajo el
mecenazgo y guía de la Orden del Temple con canteros tal vez aquitanos
como dejan entrever, según Teodoro Ramírez, diversas marcas de cantería.

Es muy
conveniente fijarse bien en la verdadera Biblia de símbolos iniciáticos
que se
pueden constatar en sus canecillos. Además, se cuenta que hay dos
glyptografías
parecidas a las que Jacques de Molay -el último gran Maestre del Temple-
y los
que le acompañaron a la hoguera, grabaron en la torre de Chinon, en
París. Existe
un canecillo interior en que aparece la Cruz de las Ocho Beatitudes,
misteriosa
y portadora de un alfabeto oculto, que se encuentra junto a dos cabezas
de
caballeros templarios y una grupo de rombos.

La temática de
los canecillos es enorme: números sagrados, laberinto, el
hermafroditismo del
alquimista, parejas iniciáticas, silencio, bafomet, Pan. Un tesoro para
acceder
al conocimiento del conocido como Arte Sagrado:

Hay dos
hastiales. El que sigue la dirección norte-sur soporta dos óculos
abocinados de
tres arquivoltas circulares concéntricas. La exterior está decorada con
66
estrellas de seis puntas de diamante intercaladas con bolas. En el
centro de
este rosetón románico se encuentra una enigmática celosía calada, de
tracería
musulmana según Gaya Nuño, J. A., en la que confluyen entrelazados diez
corazones con una pentalfa y el lógico pentágono interior.

Su presencia
remarca numéricamente la importancia simbólica del corazón. Y según el
origen
musulmán de estas celosías, la mejor referencia nos la da el más
importante de
los sufíes medievales, Ibn-al-Arabí, murciano nacido en 1165 y muerto en
el
1240. El corazón (‘qalb’) es el órgano del verdadero conocimiento, la
intuición
comprehensiva, la gnosis (‘ma’ riga’) de Dios y de los misterios
divinos, en
resumen, todo lo que puede abarcarse con la denominación de esotérico
(‘ilm
al-Bâtin’)…

La palabra
"corazón" proviene de la raíz indoeuropea KRD, que significa corazón,
pero también, centro o medio. En el Nuevo Testamento leemos que el Reino
de
Dios se encuentra en el corazón, mientas que san Clemente de Alejandría
concibe
a Dios como "corazón del mundo". Angelus Silesius afirmaba en el
siglo XVII que el corazón es templo y altar de Dios, y que puede
contenerle
enteramente. René Guénon, en su obra Símbolos fundamentales de la
Ciencia
Sagrada, resume el simbolismo tradicional del corazón indicando que
representa
el centro del ser integral, y nos pone en la pista de que cada centro
espiritual ha sido designado como "Corazón del Mundo". "El
corazón es esencialmente un símbolo del centro, ya se trate, por lo
demás, del
centro de un ser, o, analógicamente, del de un mundo, es decir, en otros
términos, ya se coloque uno desde el punto de vista "microcósmico",
ya desde el "macrocósmico"". Para diversos teólogos medievales
el corazón era un símbolo del tabernáculo e incluso del Arca de la
Alianza. Una
de las imágenes más utilizadas en la iconografía del corazón es la de la
letra
Yod en su interior así como las referencias orientales su éter. Guénon
nos
desvela el simbolismo implícito en ello, que cobra especial importancia
para
desentrañar este rosetón mandálico de San Bartolomé puesto que los 10
corazones
rodean y crean la pentalfa y el pentágono, imágenes de la quintaesencia y
del
éter: "Lo que reside en el corazón no es, pues, solamente el Éter en el
sentido propio del término: en tanto que el corazón es el centro del ser
humano
considerado en su integridad, y no en su sola modalidad corpórea; lo que
está
en su centro es el "alma viviente" que contiene todas las
posibilidades que se desarrollan en el curso de la existencia
individual, como
el Éter contiene todas las posibilidades de la manifestación corpórea o
sensible (…) Lo que reside en el corazón, desde un primer punto de
vista es
el elemento etéreo, pero no eso solamente; desde un segundo punto de
vista, es
"alma viviente", pero no es únicamente eso tampoco, pues lo representado
en el corazón es esencialmente el punto de contacto del individuo con lo
universal o, en otros términos, lo humano y lo divino, punto de contacto
que se
identifica, naturalmente, con el centro mismo de la individualidad (…)
Desde
un enfoque supraindividual se dice que en el corazón reside Brahma, el
principio divino del cual procede y depende enteramente toda existencia y
que,
desde el interior, penetra, sostiene e ilumina todas las cosas. El éter
en el
corazón expresa, por tanto, "el conocimiento del corazón" en su
identificación con el "conocimiento divino" (…). Pero aún hay otro
simbolismo vinculado crípticamente al corazón puesto que éste era
representado
en Egipto por un vaso o una copa que, en el simbolismo geométrico
tradicional
se expresa mediante un triángulo con el vértice hacia abajo y la base
hacia
arriba, e inclusive con dos que se tocan en el centro por medio de sus
vértices. Y el simbolismo del corazón como vaso o copa nos conduce
directamente
a uno de los símbolos sagrados legendarios de la Edad Media: el Santo
Grial.

fuente: http://www.templespana.org/actividades/jornadas/rio_lobos/sanbartolome.html




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La Capilla de Rosslyn (Escocia)


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Los Caballeros Templarios (Canal Historia)

(parte primera)

(parte segunda)

(parte tercera)

(parte cuarta)

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El Secreto Mortal de los Templarios

El Secreto Mortal de los Templarios (parte primera)

El Secreto Mortal de los Templarios (parte segunda)

El Secreto Mortal de los Templarios (parte tercera)

El Secreto Mortal de los Templarios (parte cuarta)

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Bornholm, la isla de los Templarios

Dos investigadores afirman que la isla
danesa de Bornholm podría contener ocultos los tesoros que los
templarios hallaron bajo las ruinas del Templo de Salomón.

ónde
ocultaron los primeros templarios los tesoros que, al parecer,
encontraron a Principios del siglo XII durante su estancia en las
ruinas del Templo de Salomón? Diferentes autores han propuesto
distintos emplazamientos para las mismas reliquias, como la zona del
Languedoc, en Francia; la Capilla de Roslin, en Escocia; la Isla del
Roble, en Oak Island (Canadá); y Toledo o Barcelona, en España. Ahora
podemos añadir a la lista la hipótesis que los investigadores Erling
Haagensen
y Henry Lincoln han formulado en su libro La Isla Secreta de
los Templarios: Bornholm
, en el Mar Báltico. Los autores afirman que en
las iglesias medievales redondas construidas en este lugar se utilizó
la misma geometría sagrada que los míticos caballeros utilizaron en
otras regiones europeas y, en particular, en la ya legendaria
Rennes-le-Cháteau (Francia).

En 1162, el arzobispo
danés Eskil viajó a Francia para visitar al Gran Maestre de los
Templarios, Bertrand de Blanchefort, nueve años después de la muerte de
san Bernardo de Clairvaux, inspirador, cerebro gris y promotor ante la
Iglesia de la Orden en el marco de la disciplina cisterciense. Según la
versión de la historia ortodoxa, el propósito de esta visita fue
preparar una cruzada contra los paganos asentados en la costa oeste del
mar Báltico, en lo que hoy es Estonia y Letonia. Sin embargo, Haagensen
y Umcoin creen que dicha cruzada se produjo en un momento en el cual
los templarios se sentían especialmente vulnerables tras la muerte de
su gran defensor y protector, san Bernardo.

Por ello, según estos autores, construyeron unas iglesias en Bornholm, donde podrían haber escondido algunos de sus tesoros.

La
distribución de estas reliquias en diferentes zonas de Europa sin
aparente relación entre sí, pudo ser una táctica para protegerlas
contra posibles expolios. La visita de Eskil en ese momento tan
crítico, podría haber sido la oportunidad buscada por dicha orden
militar para ocultar y preservar algunas de las piezas más valiosas de
su tesoro, como el Arca de la Alianza y el Santo Grial. La pequeña isla
de Bornholm estaba protegida y era fácil de controlar. No parecía, por
tanto, un objetivo atractivo para aquellos invasores que desearan crear
un nuevo reino.

A excepción de los habitantes de Escandinavia, pocos han oído hablar
de esta isla. Hacia 1200, su población no pasaba de unos pocos miles de
habitantes, aunque ya tenía una larga historia. Los primeros ocupantes
de este territorio pudieron llegar hace más de 10.000 años; y también
quedan vestigios de la Edad de Bronce (2000–3000 a.C.), pertenecientes
a una civilización desarrollada y refinada. Los enterramientos de este
periodo ponen de manifiesto que hubo contactos con los pueblos
mediterráneos, situados a más de 3.000 km. en una época en la cual los
viajes eran lentos y peligrosos. Durante esta etapa se erigieron más de
mil dólmenes esparcidos por toda la isla.

Relación histórica

El
término Bornholm también brinda información de interés. La palabra holm
significa «isla» en danés antiguo, pero hasta hace algunos siglos el
nombre de ésta era Burgunderland o Bungunderholm, de donde procede su
denominación actual. El prefijo Burgund parece tener relación con el
Reino de Burgundy, en Francia (Borgoña), y para los autores de La isla
secreta de los templarios no se trata de una simple coincidencia sino
de una efectiva relación histórica.

En 1985-86 se desenterró un tesoro de valor incalculable en un prado
de la isla de Bornholm. Consistía en más de 3.000 figuras pequeñas de
oro, de apenas 3 cm de longitud, pero con tal riqueza de detalles que
hace falta un microscopio para apreciar la delicadeza de la artesanía.
Acuñadas mediante troqueles, el tesoro incluye más de 100 patrones. El
que más se repite es el de una persona de aspecto noble y cabellos
largos que sostiene un bastón o cetro. Dichas figuras han sido fechadas
entre los siglos V y VII, cuando la dinastía merovingia se hallaba en
su apogeo, y los citados autores las han asociado con ésta por varios
motivos.

La aparición de un tesoro relacionado con
los reyes merovingios en Bornholm proporciona una clave importante, ya
que se los ha vinculado con la línea de sucesión davídica y la nobleza
de Borgoña. Además, el historiador español Orosius, en su Historiae
Adversum Paganos (417 d.C.), nos refiere que los primeros borgoñeses
procedían de Bornholm, y se habrían asentado posteriormente en las
orillas de Rin. Más tarde, cuando fueron vencidos por Atila, rey de los
Hunos, emigraron hacia el sur conquistando una amplia región de los
montes Jura y, finalmente, ocuparon casi todo el sur de Francia.

 

Iglesia templaria de Osterlars, isla de Bornholm (Dinamarca)

En
la época medieval se construyeron quince iglesias en la isla y once de
ellas siguen todavía en pie. Estas últimas han sido objeto de las
investigaciones de Haagensen y Lincoln. Cuatro eran redondas y en
ningún otro sitio del mundo, salvo Jerusalén, hay tantas juntas.
Sobresale en estas construcciones circulares la disposición del coro y
del ábside, que están directamente relacionados con un rotonda circular
formando círculos concéntricos que interactúan entre sí. La bóveda de
la rotonda está apoyada en una columna central única. Estas iglesias
redondas no tienen parangón en toda Dinamarca. Sin embargo, existe un
diseño que coincide y está en la capilla de una fortaleza de la época
medieval -Cháteau Pelerin-, en Ashlit, Palestina, construida por los
templarios.

Además de las cuatro estructuras circulares, todas las iglesias de
Bornholm tienen unas torres poco comunes, que obligan al observador a
preguntarse sobre el propósito del diseño y su origen. Además,
Haagensen y Lincoln han descubierto que las iglesias de la isla están
entrelazadas y forman parte de un diseño geométrico complejo asociado a
la geografía. El análisis cuidadoso de las distancias entre ellas, por
ejemplo, ha permitido descubrir un hexágono que reproduce una estrella
de David sobre el territorio, entre otras formas características de la
geometría sagrada, como los triángulos equiláteros y las estrellas de
cinco y siete puntas.
La existencia de este diseño oculto puede ser
la prueba de la presencia de los templarios en Bornholm, ya que
trazados muy parecidos a estos han sido descubiertos en sus dominios
franceses.

Haagensen
y Lincoln creen que la intención del Temple era esconder sus tesoros en
ciertos puntos de este diseño geométrico, cuyas claves sólo pudieran
descifrar los iniciados. En el caso de que esta hipótesis fuese
correcta, estaríamos ante uno de los pocos tesoros míticos cuya
probable localización aún no ha sido objeto de una búsqueda
sistemática, a pesar de los indicios de que podría encontrarse en esta
isla danesa. En 1955 se realizó una excavación bajo el suelo de la
Iglesia de Oesterlar, la más grande de todas, y se encontraron
vestigios extraños que parecían responder a la existencia de una cripta
secreta. Por otra parte, la iglesia de Olsker, otra estructura que
forma parte del mismo diseño geométrico, también parece haber tenido
una construcción subterránea bajo una escalera. Algunos de los trazados
geométricos incluyen el islote de Christiansoe, a unos 20 km al
noroeste de Bornholm. Su inclusión, justo en el eje principal del
diseño, puede indicar que alberga algo muy especial. Hasta la fecha no
se ha realizado ninguna excavación en estas iglesias redondas, pero
todo indica que podrían revelar sus secretos al mundo en un futuro
cercano.

Fuente: Akasico.com

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Eudes de Saint-Amand, VIII Maestre Templario

EUDES DE
SAINT-AMAND,

VIII MAESTRE
DE LA ORDEN DEL
TEMPLE

—Fallecido en
Damasco el 19 de octubre de 1179—

Eudes (Odón) de Saint-Amand pertenecía a una de las
familias más distinguidas de la nobleza francesa, en la que ya sus padres
dieron ejemplo admirable de virtud al abandonar el mundo de común
consentimiento y profesando al estado religioso.

Cuando Odón
asume la jefatura de los templarios tiene ya en su haber una importante carrera
militar, pues, como señala el historiador Du Cange, autor del magno Glossarium mediae et infimae latinitatis (1678), fue mariscal del Reino antes de vizconde de Jerusalén, renunciando a
estas dignidades e ingresando en la Orden del Temple en fecha que se desconoce. La
figura del joven Odón “era hermosa, e interesante su persona, su porte y
maneras elegantes; fino, atento y obsequioso con sus amigos, así como hidalgo y
caritativo con los necesitados” (1). re

Sucedió en el
maestrazgo de la Orden
al efímero frey Felipe de Naplus tras la abdicación de éste en 1171, que
renunció, según algunos historiadores, profundamente afligido por un lamentable suceso, la
apostasía y estragos cometidos por el templario Melier (Mleh), un armenio que
había renunciado al cisma para ingresar en el Temple y que, tras apostatar y
convertirse al Islam, encabezó las tropas del atabeg Nur ed-Din que devastaron el reino armenio de Cilicia para
apoderarse de su trono, reclamado por Melier tras la muerte de su
hermano el rey Thoros II, quien le había desterrado del reino tiempo atrás. De
esta gravísima falta personal se aprovecharon después los enemigos del Temple
para difamar a toda la Orden.

Aunque
Odón gozó
también de una reputación como hombre sagaz y de gran coraje, la
animosidad
personal entre éste y el rey Amalrico I de Jerusalén hizo que el
arzobispo y cronista
Guillermo de Tiro, que entre otras cosas acusaba al Temple de no pagar
impuestos a la Iglesia, lo describiese como un “hombre ruin, soberbio,
arrogante, que respira sólo furor, sin temor de Dios y sin
consideración hacia
los demás…”.

Escudo de armas de

Eudes de
Saint-Amand

El
principal enfrentamiento entre el rey y el maestre del Temple lo relata el
propio cronista de Tiro, tras un incidente con la secta musulmana de los
Asesinos, que, debido a su condición de chiítas ismaelitas, eran “aliados
objetivos” de los cristianos latinos al tener por común enemigo a los sunnitas
de Siria y Persia —ello a pesar de que los Asesinos habían ejecutado al pie del
altar en Tortosa a Raimundo II, hijo del conde Trípoli, en 1152—. Guillermo de
Tiro, que ya había acusado a los templarios de haber vendido a Egipto en 1154
por afán de lucro, creía que los Asesinos querían convertirse al cristianismo,
expresando con ello más un deseo que una realidad. El incidente con los
Asesinos que motiva el conflicto entre el rey y el maestre del Temple, tal como
se refiere en la crónica de Guillermo de Tiro y muy resumidamente (2), es como
sigue: el Viejo de la
Montaña, jefe de los Asesinos, se pone en contacto con el rey
Amalrico, que ejerce la tutela del condado de Trípoli en ausencia de Raimundo
III, hecho prisionero. Anuncia su intención de convertirse al cristianismo,
tanto él como su secta, a condición de que los templarios de Tortosa renuncien
al tributo de 2.000 besantes que reciben de él. Se negocia y, con gran
entusiasmo, se llega a un acuerdo entre el rey y los emisarios del Viejo de la Montaña. Como

es de suponer, a los templarios no les agrada el acuerdo y consideran por
demás un engaño la intención de los Asesinos de convertirse al cristianismo. Así,
cuando los emisarios del Viejo de la Montaña regresan a su fortaleza, caen en una emboscada
tendida por los templarios de Trípoli, lo que motiva la cólera del monarca
cristiano y del sheik ismaelita.
Amalrico envía entonces dos barones al maestre del Temple, que se
encontraba en Sidón, para pedir el castigo del culpable, un caballero de la Orden que es descrito por el
cronista con una imagen que se conviertirá en estereotipo a partir de entonces:
templario orgulloso y altanero. Se trata del tuerto frey Gualterio du Mesnil,
jefe del operativo de la emboscada que acabó con los Asesinos. El maestre del
Temple afirma que ya le ha sancionado y que va a enviarle a Roma, y prohíbe a
los dos barones, y por consiguiente al rey, actuar contra la Orden y sus miembros, recordando
las inmunidades que acababan de ser renovadas por bula del Papa Alejandro
III promulgada en favor del maestre y milicia del Temple. El
impetuoso rey Amalrico, disconforme y enfurecido, se dirige a Sidón, penetra en
la casa del Temple y se apodera por la fuerza de Gualterio, al que encarcela en
Tiro para decidir sobre su suerte, sin preocuparse de los privilegios
pontificios de la Orden. Amalrico
fallece en junio de 1174 sin haber tomado una decisión sobre qué hacer con
Gualterio, estando durante todo ese tiempo enfrentado al maestre del Temple.

 


Nunca
tuvo el Temple un maestre más celoso por la conservación de los privilegios de
su Orden que Odón de Saint-Amand; “y ese celo y firmeza le han hecho calificar
de personaje orgulloso y altivo por Guillermo de Tiro y sus copistas” (3)

 

El
18 de abril de 1174, Odón de Saint-Amand suscribía la confirmación del
rey Amalrico de una renta donada al Hospital de San Juan. El 15 de
julio de 1174, el joven y enfermizo Balduino IV, el “rey leproso”,
sucedía a su padre Amalrico en el trono jerosolimitano. El 13 de
septiembre del mismo año, el maestre del Temple es citado en un acta de
Balduino V, quien sería coronado años más tarde, en 1183, como rey de
Jerusalén junto con su tío materno Balduino IV. En 1176, de nuevo
aparece Odón como testigo de una confirmación: la venta del Casal de
Beit Daras.

 

El
18 de noviembre de 1177, el sultán y guerrero kurdo Saladino cruzó la
frontera de Egipto y los Estados latinos con un ejército de cerca de
26.000 hombres, y avanzó rápidamente a lo largo de la costa de ultramar
hasta acampar entre Ascalón y Ramala. El rey Balduino, sorprendido por
la proximidad
del enemigo y convaleciente a causa de la lepra, abandonó el lecho de
muerte y apenas pudo reunir 3.000 soldados de infantería y unos 300
caballeros, a los que se unió el maestre del Temple, frey Odón, con 80
de sus
caballeros templarios —el grueso del ejército templario se encontraba
en Gaza, pues allí se había movilizado sin sospechar que el primer
objetivo de Saladino era el puerto de Ascalón, un poco más al norte—.
Balduino, a pesar de su precario estado de salud y la
desigualdad del número de sus tropas, no titubeó en aprestarse a
defender sus fronteras. Saladino,
despreciando la debilidad de su rival, descuidó sitiarle en Ascalón,
esperando
tomarla cuando quisiera. Con esta persuasión, dividió a su ejército en
diferentes destacamentos, que llevaron hierro y fuego a las comarcas
vecinas.
El maestre del Temple y otros señores que componían el consejo del
joven
monarca cristiano, advertidos de las disposiciones del sultán y viendo
al
enemigo considerablemente disminuido, creyeron llegado el momento de
atacarle
con ventaja y salieron de Ascalón a favor de una noche oscura. Por
caminos
desviados avanzaron en buen orden hacia las líneas musulmanas, que en
ese momento atravesaba un estrecho barranco en las cercanías del
castillo de Montgisard. Saladino,
apercibido tarde de su error, no pudo hacer otra cosa que escuchar un
retumbar de cascos y ver a los cristianos arrojándose con intrepidez y
furor sobre sus huestes. No obstante, las tropas del sultán opusieron
tal resistencia que obligaron el repliegue de los primeros atacantes.
Sin embargo,
volviendo éstos a la carga rompieron el cuerpo de mercenarios
mamelucos,
matando a su comandante y penetrando hasta el lugar donde Saladino
estaba
atrincherado, lo que causó a éste tal espanto que huyó precipitadamente
sobre un
dromedario (4).

 

Fueron
los
caballeros templarios, al mando de su maestre frey Odón, los que
aquella
sangrienta noche se situaron en vanguardia y cargaron atropellando a
las
primeras líneas del sultán. Saladino se salvó de milagro gracias a la
abnegación de los mamelucos de su guardia personal, que murieron casi
todos alrededor de él. Dicen las crónicas de Balduino: “El joven rey,
atacado por la lepra, superó todos los obstáculos y luchó con un gran
valor, lo que dio también valor a sus hombres”. De este modo, la
batalla de
Montgisard (25 de noviembre de 1177) fue una gran victoria cristiana,
conseguida gracias al ímpetu y la furia de la carga de la caballería
templaria, al coraje del “rey leproso”, a la fe de sus mesnadas y, sin
duda también, a la protección de la Vera Cruz que portaba Aubert,
obispo de Belén

En
1178, el maestre del Temple recibió en donación de Renaud, señor de
Margat, la mitad de Brahim y la mitad del Casal Albot y del Casal de
Talaore. En febrero de 1179, concierta un acuerdo con Roger de Molins,
maestre de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Es el último
acta conocida sobre el maestrazgo de Odón de Saint-Amand.

En el mismo año de 1179, mientras el ejército cruzado construía una fortaleza a orillas del río
Jordán, fue sorprendido por Saladino (batalla del vado de Jacob). En medio de
la desbandada generalizada de los caballeros seculares, sólo los freires
(templarios y hospitalarios) resistieron. Terminado el combate, todos los
monjes-soldados, a excepción del maestre del Temple, yacían muertos en
el campo de batalla. Capturado frey Odón, el sultán deseó intercambiarlo por uno de sus sobrinos
prisionero de la Orden;
el maestre, que rechazó la oferta, le respondió:

“Yo no puedo autorizar con mi ejemplo
la cobardía de mis caballeros que se dejarían prender con la esperanza de ser
rescatados. Un templario debe vencer o morir, y no puede dar por su rescate
otra cosa que no sea sino su puñal y su cinto”.

Llevado
al
cautiverio, el octavo maestre del Temple murió en Damasco el 19 de
octubre de 1179, lo que es confirmado por el obituario de Reims.

 

NOTAS.—

(1) Mateo
Bruguera: Historia general de la
religiosa y militar Orden de los Caballeros del Temple desde su origen hasta su
extinción
, vol. I, 1882; reed. Ediciones Alcántara, Madrid, 1999; p.231.

(2) Alain
Demurger: Auge y caída de los Templarios,
Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 2000; p.126.

(3) Mateo
Bruguera: Op.cit.; p.241.

(4) Ibíd.; p.243.


Autor: Fernando Arroyo

Fuente: http://www.templespana.org/

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Enclaves Templarios en El Pais Vasco


ALAVA:
Arcentales,
Argandoña,
Atiega,
Cárcamo,
Guinea,
Oion,
Okia,
Nanclares de Oca,
Salinas de Añana,
Iruña.

Es en Alava donde están constatados
documentalmente los únicos enclaves templarios de Euskadi, que son:
Santa Maria de Tuesta, Salinas de Añana, Bellojin, Villamaderne y con
bastantes posibilidades la iglesia de Santa Columba en Argandoña.

En
esta provincia de importancia en la edad media con encomiendas templarias,
fortalezas, conventos, iglesias, etc. Existe en Salinas de Añana lo
que fue un convento de monjas templarias, en Tuesta su iglesia gótica
con un hermoso pórtico. En Cárcamo una inscripción del
cister única en estos lares por su premura en el tiempo y como olvidarnos
de la ermita de San Vicentejo, curioso donde los halla, su peculiar románico.
Destacan edificios románicos y góticos, torres y baluartes,
que sin ser de origen templario evocan un pasado lleno de historia, en verdes
valles y perdidos entre bosques, delineando poco a poco, paso a paso, los
pueblos que siguen el camino de Santiago del norte (que nace en Irún)
y que finalmente se une en la provincia de la Rioja al camino principal.

Vale la pena en esta provincia
aunque no sean templarios las visitas a diferentes monumentos románicos,
como la basílica de Armentia, en la cual actualmente hay visitas guiadas.
La basílica de Estìbaliz y en la capital (Vitoria) visitar
la restauración de la catedral gótica de Santa María.

 

ARGANDOÑA

GUIPÚZCOA: Abali, Cegama, Gesalbiscar, Irún, San Sebastián, Tolosa, Zumai.

La
provincia de Guipuzcoa esta llena de enclaves que según la tradición
popular pertenecieron al temple, sin embargo algunos historiadores discrepan
sobre esta teoría  y vemos como Manuel de Lecuona, en su libro
“Del Oyarzun Antiguo”, nos reproduce un artículo del presbítero
don Miguel de Lasa Bazterrica en donde éste nos aporta importantes argumentos
en contra de esta creencia.
Nos dice el presbítero que en el “Compendio Historial de Guipuzcoa”
de Isasti, del año 1625, al describir las Ermitas de Sancti Spiritus y de
San Adrián, ninguna alusión hace a los Templarios; y que en el Archivo del
Ayuntamiento de Segura, donde hay documentos sobre estas ermitas, no encontró
nada sobre el tema. Consultadas la “Historia Eclesiástica” de
Marx y la obra “Dictionaire Theologique” de Migne, vio que esta
Orden militar tuvo residencias en Aragón, Cataluña, Mallorca y Castilla,
pero que nada se decía de su afincamiento en Guipuzcoa, ni de esta Orden
ni de las que, a su extinción (1312), surgieran para sustituirla.

Sin embargo
es un tanto inconcebible esta teoría ya que por un lado se refiere
a una provincia en la cual fue muy importante el camino de Santiago que
la atravesaba de punta a punta. Llevando los peregrinos que venían
de Europa, entrando en España a través de Irun. Siendo muy extraño
que dada la importancia de esta ruta y la peligrosidad que tenia en aquella
época, no tuviera su presencia la orden del temple en hospitales,
albergues, iglesias, etc.

Por otro
lado la presencia de vírgenes negras como la del Juncal en Irun y
diferentes edificaciones tanto defensivas como civiles hacen pensar la duda
a esta teoría.

En cuanto
a la provincia, al igual que la de Vizcaya, tanto los paisajes marinos como
los montes y valles son de ensueño, además de la conocida gastronomía
de Euskadi, nos encontramos con gente hospitalaria y las comunicaciones
por tren y carretera, son buenas.

   

VIZCAYA: Arretxinaga, Etxano

Esta
provincia no tiene enclaves costatados. Solo los sitios que por su
arquitectura o por tradicion se consideran templarios algunos se encuentran
en paisajes idílicos, de monte y mar, mezclados con hermosas leyendas
de piratas y personajes  míticos del bosque como "BASAJAUN"
o "MARI".

Sino, nos podemos perder en la tranquilidad de los bosques
y valles que abundan en esta provincia o encontrarnos con los acantilados
y la fuerza del mar de la costa de Vizcaya.


FUENTE: http://www.euskalnet.net/templeuskadi/inicio.html (autor: Fernando Rey)

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La ruta de los Hombres Buenos (CATAROS)


Camí dels Bons Homes- Siguiendo las huellas de los Cátaros

Desde el siglo XI hasta el XVI, el Camí dels Bons Homes fue un importante nexo de unión económica entre el Arièja
y el Berguedà. Los Cátaros,
huyendo de la cruzada y la inquisición utilizaron esta ruta para buscar
refugio en Cataluña. A través de las montañas, de casa amiga a refugio
precario, llegaron a tierras catalanas en las zonas del Alt Urgell, la Cerdanya o el Berguedà. Siguiendo esta ruta pirinaica,
descubriréis los mismos paisajes que aquellos hombres y mujeres de la
Edad Media en su lucha por su libertad y quizás, también sentiréis el
susurro de la historia.

El Camí dels Bons Homes es también un fuerte símbolo de cooperación transfronterera entre el Arièja y los territorios Catalanes del Berguedà,
Cerdanya, Alt Urgell y Solsonès.
AEsta cooperación ha permitido crear una ruta que se puede seguir a
pie, a caballo y en bicicleta todo terreno. Además se ha incrementad
notablemente la seguridad para los usuarios gracias a una señalización
específica y diversos trabajos de mejora del sendero en si.

Hay publicadas dos guías topográficas, una en
Francia publicada por la FFRP (federación francesa de senderismo) y la
otra en Cataluña por el Consell Regulador del Camí dels Bons Homes y la
editorial Altaïr.

Fuente: http://www.lleidatur.com/esp/rutacamibonhomes.html

La fortaleza de Montségur es el paradigma histórico de la
resistencia cátara, la herejía que arraigó en el sur de Francia durante
la Edad Media. Actualmente, las ruinas de este castillo son la
culminación de una ruta que parte de las tierras catalanas y que
constituye una verdadera peregrinación por los santuarios y paisajes
que fueron testigos de la Cruzada que los exterminó

El camino de los hombres buenos es un itinerario de 189 kilómetros
que discurre por las rutas utilizadas por los cátaros durante los
siglos XII y XIV, cuando huían de la persecución de la cruzada
albigense y de la Inquisición. La senda empieza en el santuario de
Queralt, en Berga, termina en el emblemático castillo de Montségur, en
territorio francés, y puede efectuarse en coche, en bicicleta, a pie o
a caballo. El Camí dels Bons Homes –como ha sido bautizado– ha sido
institucionalizado como un sendero turístico de Gran Recorrido (GR 107)
que atraviesa villas medievales, iglesias románicas y castillos. Además
de su notorio interés histórico, la ruta nos permite contemplar
paisajes encantadores, ya que transcurre por la zona protegida del
Parque Natural del Cadí-Moixeró.

La religión de «los puros»

El catarismo es una doctrina procedente de una corriente de origen
búlgaro conocida como bogomila. Se trata de una religión cristiana, con
una interpretación muy peculiar de las Sagradas Escrituras, basada en
el dualismo, que percibe la Creación como el escenario de una batalla
entre los principios del Bien y del Mal. Esta doctrina arraigó con
fuerza en el sur de Francia. Se dio a conocer en un concilio cátaro
celebrado en la ciudad de Albí, en 1165, por lo que pronto sus
seguidores fueron conocidos como albigenses. Sin embargo, ellos se
consideraban cristianos u «hombres buenos». Predicaban a los humildes
en plazas y mercados, aunque si eran invitados por los grandes señores
para adoctrinar en sus casas a familiares y criados, aceptaban con
agrado. Enseñaban el amor, la tolerancia y la libertad. Decían que
Cristo no se encarnó entre los hombres, pues en sus concepciones la
materia era una creación del Mal. Para los cátaros –término que según
los expertos significa «puro»–, el Jesús que vieron los apóstoles y
crucificaron los romanos no era sino una apariencia angelical engañosa.
Pero el Cristo verdadero nunca fue crucificado ni sepultado. Estas
ideas, como es lógico, les valieron la condena de Roma y una implacable
persecución.

A principios del siglo XIII, el papa Inocencio III tomó conciencia
del peligro que suponía para los intereses de la Iglesia la expansión
de la herejía cátara en Occitania. Los intentos por convertir a los
herejes habían sido vanos. Ante este fracaso y con el apoyo del rey
Felipe Augusto de Francia –que deseaba hacerse con el territorio
occitano a toda costa–, el Papa proclamó la «cruzada contra los
albigenses».

Quienes formaran parte de la misma serían absueltos de sus pecados y
se garantizaba la entrada al Paraíso de los fallecidos en combate. Los
señores feudales que se sumaran a la iniciativa recibirían, además, las
mismas prebendas que los cruzados en Tierra Santa. Sólo así se entiende
la aparición de figuras como Simón de Montfort que escondían su
desmesurada ambición bajo pretexto de erradicar la herejía.

Las tropas se organizaron bajo el mando del legado pontificio Arnaud
Amaury y avanzaron hacia el sur por el valle del Ródano. El 22 de julio
de 1209 los cruzados entraron en Béziers, matando a todos sus
habitantes, sin distinción de creencias. Las crónicas aseguran que
Amaury ordenó: «Matadlos a todos que Dios ya reconocerá a los suyos en
el Cielo». Tras la masacre, los cruzados pusieron rumbo a Carcasona,
donde resistía Raymond Roger Trencavel. Éste murió en prisión, después
de ser desposeído de todas sus tierras. Más tarde caerían las plazas de
Foix, Carbona y Comminges.

La muerte de Inocencio III hizo perder ímpetu a la cruzada y algunos
de sus más importantes líderes abandonaron la empresa. Como
consecuencia de este hecho el catarismo resurgió con fuerza. Pero en
1226, Luis VIII se lanzó a una nueva cruzada, dicen que influido por su
esposa Blanca de Castilla, quien reivindicaba los territorios del sur
para la Corona de Francia. Al parecer, sería ella quien habría instado
al Papa Gregorio IX a crear la Inquisición. El terror se apoderó de
Occitania. Los cátaros solicitaron protección a Raymond Péreilhe, señor
de Montségur, y se prepararon para defenderse y resistir.

Esta legendaria fortaleza cayó en 1244. Y once años más tarde, en
1255, corrieron la misma suerte Quéribus y Puylaurens. La guerra había
terminado con el extermino de la Iglesia de los hombres buenos, o «del
amor», como también fue conocida. Con ella desapareció una tradición
cristiana que llevaba su respeto a la vida hasta el extremo de
abstenerse de matar o maltratar a los animales, y de cuya enorme piedad
dejó testimonio incluso San Bernardo de Claraval, después de intentar
en vano que renunciaran a su fe para abrazar el catolicismo.

El paisaje y su historia

Muchas de las rutas que hoy conforman el camino de «los hombres
buenos» eran senderos de huida de los cátaros hacia Cataluña. Allí
estuvo exiliado en 1240 Raymond Trencavel, un hijo de Raymond Roger que
intentó en vano recuperar Carcasona. También fue utilizado por los
tejedores cátaros y conocido como «la ruta de la lana», que llega hasta
Sabadell o, más al sur, hasta Morella, en Castellón.

La senda señalizada hoy por el Consejo regulador del camí dels bons
homes, entidad formada por diversos consejos locales, diputaciones y
entidades culturales, discurre por las comarcas catalanas del Berguedà,
la Cerdanya, el Alt Urgell, el Solsonés y el departamento francés del
Ariège.

Parte del santuario de Queralt, en la cueva donde fue hallada su
virgen románica presidida por una hermosa cruz cátara y, desde allí, se
dirige a la pequeña localidad de Gòsol, en medio de un paisaje
bellísimo presidido por el macizo del Pedraforca, un lugar mágico
relacionado con la brujería catalana desde la Edad Media. Una vez en
Gòsol podemos visitar las ruinas de su castillo o contemplar las tumbas
del cementerio anejo, con numerosas cruces cátaras y templarias.
Después recorreremos por carretera Gòsol, Saldes y Guardiola de
Berguedà, hasta llegar a Bagá, en el límite norte de la provincia de
Barcelona. Esta villa fue el feudo de los barones de Pinòs, señores de
un extenso territorio que iba del Baridà y la Cerdanya hasta el Alt
Berguedà. Algunos han relacionado a Galcerán de Pinòs con el fundador
de los templarios Hugues de Payns, en una polémica que dura hasta
nuestros días. En Bagà podemos visitar el centro medieval, el museo de
los cátaros o la iglesia de San Esteban, donde se puede admirar una
pequeña cruz bizantina del siglo X u XI, que fue llevada a Bagà por los
cruzados. También cabe destacar la vidriera que representa «El rescate
de las cien doncellas», concretamente el momento en que San Esteban
libera a Galcerán de Pinòs de una prisión sarracena.

La ruta continúa por la comarca de la Cerdanya, a la que accederemos
cruzando la sierra del Cadí por el Coll de Pendís, a 1764 metros de
altitud y, desde allí, cruzaremos la frontera hasta Porté-Puymorens,
L’Hospitalet y Ax les Thermes. En este punto ya estamos en el
departamento francés del Ariège, donde nos aguardan impresionantes
castillos, como Puylaurens que, junto a Quéribus, resistió hasta 1256.

Tras hacer una parada en el castillo de Puivert, escenario del film
de Roman Polansky La novena puerta, y cuna de los trovadores occitanos,
encaminamos nuestros pasos hacia la culminación de la ruta: Montségur.

El castillo de Montségur fue construido entre 1205 y 1211 en lo alto
de una montaña extremadamente escarpada y de difícil acceso. Quienes lo
«descubrieron», sin embargo, no fueron los cátaros. Desde tiempo
inmemorial este lugar era considerado sagrado. Algunos autores, como el
fallecido «papa cátaro» René Nelli, suponen que la fortificación fue
erigida sobre un antiguo templo solar. La cima de este enorme bloque
calcáreo se alza 1207 metros sobre el nivel del mar. El edificio está
orientado astronómicamente. Nelli apunta el importante papel jugado por
la figura del pentágono en la simbología cátara. Y lo cierto es que
este castillo está construido sobre un plano pentagonal. Desde el
interior, recuerda la forma de un gigantesco cofre. ¿Fue ésta la última
morada del Grial, como algunos sostienen?

En cualquier caso, quienes asuman a pie los casi doscientos
kilómetros del «peregrinaje cátaro», hallarán sin duda su particular
Grial en el esfuerzo, la dedicación y la constancia, valores necesarios
para llegar a cualquier Verdad trascendente

Fuente: http://templars.wordpress.com/2008/03/14/el-camino-de-los-hombres-buenos/.

Gráficos
de las Etapas:
EL CAMÍ DELS BONS HOMES EN CUATRO ETAPAS (200 KMS.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: http://www.terra.es/personal/en.be.sa/grafsetapas.htm

Localización

Mapa

Croquis

Introducción

       La Ruta Cátara, denominada también Camino de los Buenos Hombres, forma parte del sendero de gran recorrido GR 107,
y une el santuario de Queralt (Cataluña, España) con el castillo de
Montségur (Mediodía-Pirineos, Francia) a lo largo de 196 kilómetros.
Recorre el camino de huida, de norte a sur, en la diáspora cátara de
los siglos XII y XIII, cuando el catarismo fue perseguido ferozmente en
Occitania por las cruzadas y la Inquisición.

       El Ruta Cátara nace el año 1999, cuando se crea, promovido tanto por instituciones públicas como privadas, el Consell Regulador del Camí dels Bons Homes,
ente que gestiona la ruta (señalización, servicios, promoción…). El
objetivo de dicho ente era crear un producto turístico de senderismo
que permitiera dar a conocer un territorio de una belleza excepcional
y, al mismo tiempo, impulsar económicamente las tres comarcas por las
cuales pasa el camino: el Berguedà, la Cerdanya y el Ariège. Y también,
claro está, dar a conocer y poner en relieve los vestigios del
catarismo, esencial para comprender la historia medieval de Europa, que
se conservan en estas comarcas. Posteriormente, con la variante que
empieza en el santuario del Miracle, se añadieron las comarcas
catalanas del Alt Urgell y el Solsonès.

       La ruta se puede hacer a pie, en bicicleta de montaña o a caballo.
Aquéllos que la quieran hacer en bicicleta o a caballo deben tener en
cuenta que algunos tramos son diferentes de los que van a pie.

       El camino está bien señalizado como GR 107, o sea, con las típicas marcas blancas y rojas de los GR. La señalización está hecha en los dos sentidos de la marcha
y, en general, como consecuencia de lo que proponen las guías
publicadas, los españoles suelen hacer el camino en el sentido
sur-norte y los franceses al revés. Si queremos seguir los pasos de los
cátaros en su huida, debemos seguir el ejemplo de los franceses y
realizar el camino de norte a sur. En realidad, sin embargo, caminar
con el objetivo de llegar al castillo de Montségur es más sugerente,
desde el punto de vista de la cultura cátara, que situar nuestro
objetivo final en el santuario de Queralt. También debemos saber que el
GR 107, en Francia, no termina en Montségur, sino que continúa hasta Foix (dos días más de camino).

       Debemos tener mucho cuidado en no equivocarnos en los cruces con otros GR.
Por ejemplo, el camino cruza varias veces el GR 150 (circunvalación del
Parque Natural del Cadí-Moixeró). También se cruza con el mítico GR 11
(sendero del Pirineo por la vertiente sur), el GR 10 (sendero del
Pirineo por la vertiente norte) y el GR 7 (de Andorra al Estrecho de
Gibraltar). En general, estas intersecciones están correctamente
señalizadas, pero, aún así, no es demasiado difícil confundirse y tomar
un camino por otro. Por lo tanto, vale la pena llevar buenos mapas topográficos (por ejemplo, los de la guía de Altaïr) y no confiar únicamente en la señalización.

       La Ruta Cátara requiere una buena forma física
y sólo es apta para senderistas habituados a las largas marchas
montañeras. Los desniveles acumulados son considerables, sobre todo en
la parte catalana. Por otro lado, el camino no presenta ninguna
dificultad técnica, ni tampoco pasa por lugares peligrosos.

       Desde el punto de vista del paisaje y la naturaleza, la Ruta Cátara es magnífica, sin duda uno de los mejores caminos de largo recorrido de Cataluña.

Catarismo

       El catarismo era una doctrina dualista,
con dos principios irreconciliables: el bien, Dios, y el mal, la
materia. Promovía una Iglesia basada en la espiritualidad, la pureza y
la caridad, en contraposición a la Iglesia católica del siglo XIII. Así
pues, a los cátaros, también se los llamaba "buenos hombres y buenas
mujeres".

       A lo largo de los siglos XII y XIII el catarismo se extendió con fuerza por toda Occitania
(la mitad meridional de Francia), y también por Lombardía, la Provenza,
la región del Rin y el Pirineo catalán. La Iglesia católica romana
consideraba herejes a los cátaros y un peligro la extensión de esta
ideología en la rica Occitania. Por este motivo, el papa Inocencio III
y sus sucesores, en alianza con Francia, combatieron duramente a los
cátaros. En el año 1244 el asalto con más de seis mil hombres al castillo de Montségur, bastión cátaro, fue el punto culminante de la derrota de los buenos hombres. Todos los perfectos
y creyentes fueron quemados vivos en un campo raso a los pies de la
colina de Montségur, ahora conocido como el "Camp dels Cremats" (Campo
de los Quemados), lugar en el que una estela recuerda la tragedia. En
el siglo XIV el catarismo prácticamente se había extinguido.

       Algunas de las características más relevantes del catarismo son:

–   Retorno a un cristianismo puro y primitivo, basado en la palabra de Cristo.
–   La jerarquía era muy simple: básicamente se componía de los perfectos (o puros), que eran los predicadores, y los creyentes. Las mujeres también podían ser perfectas.
–   Los perfectos eran austeros, humildes y cultos.
–   Rechazaban la construcción de templos y catedrales.
–   Rechazaban la violencia y la pena de muerte.
–   Rechazaban los placeres materiales, el matrimonio, las relaciones
sexuales y algunos alimentos. En la práctica, los únicos obligados a
cumplir estas prohibiciones eran los perfectos.
–   Predicaban que la experiencia religiosa del conocimiento de Dios debía ser directa y personal, sin intermediarios.
–   Creían en la reencarnación del alma.

       Algunos historiadores y estudiosos consideran a los cátaros como los auténticos cristianos
y a la Iglesia católica medieval como una institución corrupta. Otros,
por el contrario, consideran que la realidad histórica de aquella época
era demasiada compleja para hablar de buenos y malos, y que el
catarismo tenía profundas contradicciones respecto del Evangelio de Jesús que se quería seguir.

       En el pueblo de Bagà, en el antiguo palacio del barón de Pinós, podemos visitar el Centro Medieval y de los cátaros, una exposición permanente sobre el catarismo y la época medieval (ver www.altbergueda.com…).

Cómo ir y regresar en transporte público

       Al santuario de Queralt
debemos subir desde la ciudad de Berga, pero no hay transporte público.
Se puede subir a pie en una hora aproximadamente, siguiendo desde la
plaza de Sant Francesc el PR C-73 (marcas blancas y amarillas). También
se puede llegar en coche. Berga no tiene estación de tren; está
enlazada con Barcelona por una línea de autobuses (ver www.ajberga.cat…).

       El pequeño pueblo de Montségur
no tiene estación de tren y la parada de autobuses más cercana está a 8
km, en Lavelanet. Así pues, para regresar, debemos ir a Foix en taxi
(unos 45 euros) o en autobús desde Lavelanet. En Foix debemos tomar el
tren a Latour de Carol (4 frecuencias diarias y 2 horas de duración,
ver www.voyages-sncf.com), y de Latour de Carol debemos tomar el tren a Barcelona (4 frecuencias diarias y 3 h 30′ de duración, ver www.renfe.es).

Recorrido

       Dividimos el recorrido, según propone la guía de la editorial Altaïr, en las siguientes etapas:

       Del santuario de Queralt a Gósol.
Tiene 33,5 km, y por la variante de Bonner (GR 107-1) tres kilómetros
más. El desnivel aproximado de subida es de 1.500 metros (1.300 por
Bonner) y el de bajada de 1.200 metros (1.000 por Bonner). Pasa por
algunas aldeas, como Espinalbet, Espà y Sorribes, y el pueblo
abandonado de Peguera, situado en un entorno excepcional. Es, sin duda,
una etapa larga y dura. Aquéllos que la quieran dividir en dos jornadas
pueden desviarse, cuando lleguen a Peguera, a Fumanya, aldea en la que
hay alojamiento, o hacer un transfer en coche en Peguera.

       De Gósol a Bagà.
Tiene 24 km, un desnivel aproximado de 500 metros de subida y de 1.100
metros de bajada. Ésta es una etapa de escasa dificultad y
especialmente bonita por las dilatadas vistas que nos ofrece. En la
primera parte del recorrido bordeamos por el norte la montaña del
Pedraforca, de la que disfrutamos de preciosas perspectivas. Aquéllos
que deseen ahorrarse la bajada a Bagà (y la posterior subida al día
siguiente), tienen dos opciones (ver el apartado de variantes).

       De Bagà a Bellver de Cerdanya.
Tiene 22,7 km, un desnivel aproximado de 950 metros de subida y de 700
metros de bajada. No es una etapa larga, pero sí es más dura que la
anterior por el desnivel de subida. Pasa por dos collados de montaña:
el collado de Escriu y el collado de Pendís. Éste último, a casi 1.800
metros de altitud, separa las vertientes sur y norte de la sierra del
Cadí, y las comarcas del Berguedà y la Cerdanya. Poco antes del collado
de Pendís hay el refugio Sant Jordi y, poco después, el refugio Cortals
de l’Ingla, ambos guardados. También en este collado debemos prestar
atención de no equivocarnos, pues también pasa el GR 150-1, que va por
la carena de la sierra del Cadí. En el refugio Cortals de l’Ingla hay
la posibilidad de tomar la variante GR 107-4, que avanza por sendero
(el camino principal va por pista) y alarga la etapa casi 5 km. Si en
lugar de pernoctar en Bellver de Cerdanya lo hacemos en Prullans,
pueblo que también dispone de alojamientos, recortamos en 5 km la
durísima etapa del día siguiente.

       De Bellver de Cerdanya a Porta.
Tiene 35,5 km, un desnivel aproximado de 1.450 metros de subida y de
1.000 metros de bajada. Sin duda, ésta es la etapa reina de la Ruta
Cátara, y en la que cruzamos los Pirineos. Es la más dura, y también la
más espectacular de todas por los impresionantes paisajes de alta
montaña. La primera parte de la etapa, hasta la Portella Blanca de
Andorra, vamos siempre ganando altitud, y pasamos por Prullans,
Ardòvol, el Vilar y cal Jan de la Llosa. La Portella Blanca es el punto
más alto de todo el camino. Se encuentra a 2.519 metros de altitud y
hace frontera entre Andorra, España y Francia. A esta altitud, y como
pone de manifiesto su nombre, es fácil encontrar nieve desde principios
de otoño hasta bien entrada la primavera. A partir de la Portella
Blanca el camino ya sigue de bajada, en territorio francés, por el
valle de Campcardós hasta Porta. Esta etapa se puede dividir haciendo
noche en cal Jan de la Llosa, donde algunas casas ofrecen tiendas de
alquiler y admiten la acampada libre.

       De Porta a Mérens les Vals.
Tiene 21,5 km por el valle del Ariège y 30,4 km por el collado de les
Bésines. Por el valle de Ariège el desnivel aproximado es de 400 metros
de subida y de 850 de bajada. Por el collado de les Bésines el desnivel
aproximado es de 1.300 metros de subida y de 1.750 de bajada. Desde
Porta el camino sigue por Porté Puymorens (hay alojamiento), sube al
collado de Puymorens, a poco más de 1.900 metros de altitud, y baja a
l’Ospitalet (también hay alojamiento). En l’Ospitalet se inicia la
variante GR 107-2, bastante dura, pero de una belleza extraordinaria,
que pasa junto al lago de les Bésines, el refugio de les Bésines y la
Portella de les Bésines, a 2.333 metros de altitud. Precisamente el
tramo que va del refugio de les Bésines hasta Mérens les Vals coincide
con el GR 10, la transpirenaica francesa. El camino principal, que
recorre el valle del río Ariège, también es muy agradable y llega a
Mérens les Vals más pausadamente, sin tantas emociones.

       De Mérens les Vals a Orgeix.
Tiene 18 km, un desnivel aproximado de 700 metros de subida y de 950
metros de bajada. Otra bonita etapa, con unos primeros kilómetros de
fuerte subida hasta el Sarrat de Larguis y el collado de Joux, donde
hay una pequeña choza que hace de refugio. A partir de aquí vamos
perdiendo altitud hasta el pueblo de Orgeix. En Orgeix no hay
alojamiento, así que debemos seguir el camino hasta Ascou (refugio), o
bien desviarnos a Ax les Thermes (3 km, diversos alojamientos) o bien a
Orlu (2 km, albergue).

       De Orgeix a Comus. Tiene
22,7 km, un desnivel aproximado de 850 metros de subida y de 500 metros
de bajada. Al inicio de la etapa pasamos por las bonitas aldeas de
Ascou (refugio) y Sorgeat (refugio), y luego debemos afrontar la firme
subida al Coll d’Ijou. Más adelante, disfrutando de un paisaje
precioso, llegamos al curioso refugio de Chioula, en una explanada, y
poco después al collado de Balaguès. Aquí empieza la bajada a
Montaillou, Prades (que no debemos confundir con Prades – Prada de
Conflent) y Comus.

       De Comus a Montségur. Tiene
16,1 km, un desnivel aproximado de 450 metros de subida y de 500 metros
de bajada. En la primera mitad de la etapa bajamos por las
espectaculares Gorges de la Frau, un desfiladero estrecho protegido por
grandes paredes verticales. El camino, en este tramo, es muy pedregoso
y a tramos la bajada es muy pronunciada. Pasado el desfiladero, tan
sólo nos queda superar el torrente de Rivels para llegar al pueblo de
Montségur. A poco más de un kilómetro del pueblo, siguiendo el camino,
llegamos al Pla dels Cremats, a los pies del cerro del castillo de
Montségur. Tan sólo nos queda afrontar, con mucha ilusión, la fuerte
subida de unos treinta minutos hasta el castillo para finalizar con
éxito la Ruta Cátara.

Variantes

       En el apartado del
recorrido ya hemos hablado de las pequeñas variantes que presentan
algunas etapas, que son: del santuario de Queralt a Gósol el GR 107-1
por Bonner; de Bagà a Bellver de Cerdanya el GR 107-4 por Pedra, y de
Porta a Mérens les Vals el GR 107-2 por Bésines. Hay, sin embargo,
otras variantes importantes que merece la pena conocer y que afectan al recorrido en su conjunto. Son:

       Inicio del camino en el santuario del Miracle o en Solsona. Ésta es la variante más importante, que enlaza con el camino principal en Gósol. La primera etapa va del santuario del Miracle a Solsona siguiendo el GR 7, tiene 10 km y muy poco desnivel. La segunda va de Solsona a Sant Llorenç de Morunys,
siguiendo por tramos el GR 7, GR 7-6 y GR 1, y tiene 42,5 km, con un
desnivel positivo aproximado de 1.000 metros y negativo de 750. Es una
etapa demasiado larga, pero hay alojamientos en Lladurs (7 km de
Solsona) y en Odèn (22 km de Solsona). La tercera etapa va de Sant Llorenç de Morunys a Tuixén,
siguiendo el GR 7, y tiene 16,7 km, con un desnivel de subida
aproximado de 800 metros y de bajada de 500. La cuarta y última etapa
va de Tuixén a Gósol, siguiendo el GR 107-3, y tiene 12,3 km, con un desnivel positivo aproximado de 450 metros y negativo de 300.

       Alternativas que evitan bajar a Bagà.
Antes de nada, debemos dejar claro que Bagà es un pueblo muy bonito, en
el que destaca la interesante plaza con soportales de su casco antiguo.
Por lo tanto, los senderistas que hagan la Ruta Cátara y nunca hayan
estado en Bagà harán bien en seguir el camino principal y hacer noche
en el pueblo. Por el contrario, aquéllos que ya hayan visitado el
pueblo pueden evitar la bajada: en can Cerdanyola, antes de cruzar el
torrente de la Font del Faig, hay a la izquierda un camino, el PR
C-125, que sube directamente al refugio Sant Jordi por els Empedrats.
Els Empedrats es un bonito camino que remonta un torrente, a tramos con
bloques de piedra donde debemos ayudarnos con las manos. Además de éste
atajo, hay otra posibilidad todavía más corta y directa: en el collado
de las Bassotes, a 5 km de Gósol, dejamos la Ruta Cátara y seguimos el
PR C-124 (Ruta dels Segadors), que cruza la sierra del Cadí por el Pas dels Gosolans,
pasa por el refugio Prat d’Aguiló y llega a Martinet, en la Cerdanya.
En este caso, enlazamos más adelante con la Ruta Cátara en la aldea de
El Vilar, pasando antes por Lles.

El santuario de Queralt y el castillo de Montségur

       Son
los lugares de inicio y de final, indistintamente, de la Ruta Cátara, y
ambos tienen un relevante valor histórico, cultural y simbólico.

       El santuario de Queralt.
Es el principal centro de devoción de la comarca del Berguedà. El poeta
y cura "mossèn Cinto" Verdaguer se refirió a éste como "la perla de los
santuarios en Cataluña". Se encuentra emplazado casi en la cima de la
sierra de Queralt, a 1.120 metros de altitud, en la parte más
meridional del Prepirineo. También es un excelente mirador y los días
despejados la visibilidad abarca una buena parte de Cataluña. El
santuario fue construido en el siglo XIV y renovado en el XVIII, en el
mismo lugar donde se alzaba el castillo del guerrero y trovador Guillem
de Berguedà. En su interior se venera la imagen de la Mare de Déu de
Queralt, del siglo XIV. Anexo al santuario hay un antiguo hostal, que
hoy funciona como restaurante, y otras dependencias.

       El castillo de Montségur.
Emplazado en la cima de una escarpada colina, a 1.207 metros de
altitud, el castillo de Montségur aúna la historia, los misterios y las
leyendas sobre la religión cátara. Fue el último bastión de esta
Iglesia, considerada hereje por Roma, y negociaron su rendición el año
1244 después de diez meses de bloqueo y asedio por parte de más de seis
mil hombres. Doscientos cátaros fueron quemados en la hoguera, en el
Pla dels Cremats, al no abjurar de su fe. Hoy en día, los vestigios que
se conservan son del castillo construido a finales del siglo XIII por
los vencedores. Hay que pagar una entrada de 4 euros (precio del 2008)
para visitar las ruinas del castillo. Algunos de los misterios y
leyendas relacionados con el castillo de Montségur cuentan que los
cátaros escondían allí el Santo Grial, y que tres perfectos consiguieron huir con el cáliz antes de la rendición.

Fuente: http://www.gronze.com/senderismo/ruta-catara.htm

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Peñíscola Templaria y el Papa Luna

 PEÑÍSCOLA: SU ETAPA TEMPLARIA Y DEL PAPA LUNA

 Por Ángel Almazán de Gracia

El castillo pasó a ser el de Valencia en "El Cid" de Charlton Heston, pero fuera de esta anécdota, su actual configuración fue iniciada por los templarios, sus señores entre 1294 y 1307

Los asesores de Jaime I y el propio rey, que contaba entonces con 17 años, cansados de los ataques musulmanes que, partiendo desde Alcañiz, incursionaban sus estados, optaron por atacar Peñíscola como paso previo antes de conquistar el reino de Valencia, y a tal efecto publicose un edicto en Hora el 20 de abril de 1225. El castillo fue asediado entre agosto y septiembre infructuosamente.


Años después, una vez conquistada Burriana el 24 de julio de 1233, se inició un proceso de negociación con los habitantes del castillo de Peñíscola para que, a cambio de una serie de concesiones, fuesen vasallos musulmanes de Jaime I y éste les otorgó una carta foral respetando las leyes y costumbres musulmanas el 22 de septiembre de ese año (aunque hay historiadores que estiman que fue en 1234 y hasta 1235). Peñíscola, cabe recordar aquí, fue conquistad por Tarik en el año 718 y desde entonces era islámica. Posteriormente, en 1248, Jaime I decretó la expulsión de sus habitantes musulmanes, confiscó sus posesiones y las repartió entre los cristianos del lugar y repobladores.

Según Juan B. Simón Castillo, "en 1294 el maestre [provincial] de la Orden del Temple en Cataluña y Aragón, Berenguer Cardona, convino con Jaime II de Aragón, el cambio o permuta de la ciudad de Tortosa y pueblos de su término (en poder templario) por el castillo y villa de Peñíscola con sus poblados de Benicarló y Vinarós, el castillo y villa de Ares, con todos sus lugares, la tenencia de las Cuevas de Vinromè..,etc.".

Y templario fue Peñíscola hasta 1307, año en el que, como se sabe, la diosa fortuna dió la espalda al Temple al ser encarcelados en Francia por mandato de Felipe el Hermoso y con la connivencia papal, lo que conllevó su persecución y pérdida de bienes y prestigio en toda la Cristiandad hasta que la orden fue abolida por el nefasto papa Clemente V en el concilio de Vienne (1312).


El castillo actual, que tuvo diversas fases constructivas, fue iniciado por el Temple a partir de los restos del anterior baluarte islámico.

Las obras fueron dirigidas por frey Berenguer de Cardona, así como por el comendador templario de Peñíscola, Arnaldo de Banyuls, cuyos emblemas (cardos de Cardona y fajas del comendador) están en bajorrelieves.

Es curioso que, según referencias franmasónicas, los templarios escoceses, tras la restauración de la corona escocesa por Bruce, pasasen a formar la Orden de San Andrés del Cardo (el cardo es pinchoso.., espinoso… y la espina está presente en muchos enclaves supuestamente templarios, especialmente en Francia…, pero la espina tiene, a su vez, un simbolismo coincidente con elementos pinchosos o en punta, como bien ha desvelado René Guénon…).


Los templarios, tras su prendimiento en Francia, fueron perseguidos en mayor o menor grado en España. Peñíscola fue una de las fortalezas en las que se negaron a ser prendidos aunque finalmente se rndieron, siendo llevado prisionero su comendador ante Jaime II en diciembre de 1307.

Unos apuntes al respecto: el 5 de diciembre fueron presos los freires del convento de Burriana, el 7 los del castillo de Alcalá de Xivert y el 12 los de Peñíscola, al que seguirían poco más tarde los del castillo de Ares y la tenencia de Las Cuevas.


Castillo y villa fue entregada por el rey a los Hospitalarios de San Juan hacia 1311. Y tras crearse la Orden de Montesa, en la que se refugiaron muchos ex-templarios, en 1317, Peñíscola pasó a ser de su dependencia en 1319. Montesa lo donó al papa Benedicto XIII (1415-1423) -Pedro Martínez de Luna, "el papa Luna"- y de su sucesor, Clemente VIII. En 1426 el rey Alfonso V lo recuperó para la corona, pero el papa Clemente VIII estuvo allí hasta 1329, año en que se dió por concluido el Cisma de Occidente, y en 1441 volvió a manos de la Orden de Montesa, incorporándose al patrimonio real con Fernando el católico en 1448.


En cuanto a las hipótesis insinuadas por Juan G. Atienza sobre el Papa Luna y una conspiración sinárquico-templaria recogida por presuntos maestres post-templarios como Beltran Du Guesclin, que cita en "La Historia no contada", ni entramos ni salimos… Curiosa es, ciertamente, la cita que recoge de una presumible descendencia papal del Papa Luna que no acabó con Clemente VII sino que prosiguió subrepticiamente a través de un Benedicto XIV y que se asentó en la comarca francesa de Rouerge, "y que ha seguido hasta nuestros días, a través de una curia oculta o de una dinastía ininterrumplida de pontífices que tiene su sede, secreta y desconocida por la Iglesia oficial, en algún lugar de Normandía o de Flandes".

Notas: la ermita o iglesia anexa al castillo de la Virgen de Nuestra Señora de la Emitana será objeto de un artículo, próximamente, en soriaymas por haber advertido algunos elementos arquitectónicos de contenido esotérico.

Con imágenes de la exposición "Templarios. Caballeros del Temple" que se inauguró el 4 de julio pasado y que estará hasta 2011 en el subterráneo "salón del cónclave" (antiguas mazmorras) del castillo de Peñíscola hemos complementado buena parte de este artículo, cuyas fotos han sido tomadas por Ángel Almazán.

Fuente: http://www.soriaymas.com/

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GUILLAUME DE BEAUJEU

GUILLAUME DE BEAUJEU (1273-1291)
Guichard de Beaujeu


Blason de Guillaume de Beaujeu

Vigésimo primer Gran Maestre de la Orden del Temple. Originario de Forez, Guillermo de Beaujeu fue el último Maestre que permaneció en Tierra Santa durante todo su maestrazgo. En 1271 fue nombrado comendador del Temple en el condado de Trípoli, y posteriormente, de Pouilles. Antes de ir a Tierra Santa, asistió en mayo de 1274, al Concilio de Lyon, cuyo primer objetivo fue la reunión de las Iglesias de Oriente y Occidente, y el segundo, la convocatoria de una nueva cruzada. Las Gestas chipriotas precisan que entre 1275 y 1282, arbitró, con caridad y liberalidad, las diferencias entre el Temple y el condado de Trípoli. El 27 de junio, suscribió la oferta hecha por Enrique de Lusignan a la guarnición francesa del castillo de Acre. Fue un verdadero caudillo, respetuoso con las treguas firmadas con los musulmanes.
Bajo su maestrazgo, el Papa entabló conversaciones de unificación con las dos grandes Ordenes de Palestina: Temple y San Juan. El resultado de todas las rencillas, preparado por los hábiles legistas de Felipe el Hermoso, entre ellos Pierre Dubois, Nogaret y Enguerrand de Marigny, se concretó en un innoble proceso contra la Orden, acusada de haber traicionado a la cristiandad.
Bajo el maestrazgo de Guillermo de Beaujeu se jugó la última carta de Tierra Santa y del reino latino. Los musulmanes resistieron, a pesar de una nueva amenaza, por parte de los cruzados. El sultán del Cairo, Kalaoun Malek al Mansour, se apoderó sucesivamente de Margat, Laodicea, Sidón y Tiro. Su hijo, Kabid Achraf continuó la lucha y amenazó Acre. Desde comienzos de marzo de 1291, los habitantes de Acre se prepararon para el combate, organizándose en cuatro divisiones: la primera bajo las órdenes de Jean de Grailly y Otón de Granson; la segunda, bajo el mando del jefe del contingente de los chipriotas y del lugarteniente de los caballeros Teutónicos; la tercera, de los Maestres de San Juan y Santo Tomás; la cuarta bajo las órdenes de los Maestres del Temple y de San Lázaro. Además, se unieron varias órdenes militares a las distintas divisiones: los Caballeros de la Espada, los de San Lorenzo, los de San Martín de los Bretones, los del Espíritu Santo.
El 18 de mayo, Guillermo de Beaujeu, mortalmente herido, fue transportado por una de las poternas de la muralla del Montmusard, a una casa del barrio, cerca de la puerta de San Antonio. El resto de las tropas se retiró sobre los navíos para alcanzar Chipre. El patriarca de Jerusalén, Nicolás de Hanappe, y el Maestre del Hospital murieron ahogados, en tanto que el lugarteniente de San Lázaro fue asesinado.

Otras fuentes nos cuentan que Guillaume de Beaujeu fue un gentilhombre, pariente del rey de Francia, de la familia de Forez. Comendador de Apulia, estaba en Tierra Santa cuando fue elegido Maestre el 13 de mayo de 1273, siendo el último maestre que hubo en Ultramar. Asediado en San Juan de Acre, los defensores le eligieron como comandante por su valor. Murió el 18 de mayo de 1291 combatiendo junto a los hospitalarios. Herido de muerte se le atribuyen estas palabras: “Señores, no puedo más porque estoy muerto, ved el golpe.” Los supervivientes se embarcaron como pudieron para alcanzar Chipre. El lugarteniente de San Lázaro cayó muerto, mientras el patriarca de Jerusalén –Nicolás de Hanappe- y el Maestre del Hospital murieron ahogados. 

Situación de Beaujeu en el mapa de Francia

Guillaume de Beaujeu fue el vigésimo primer Gran Maestre de la Orden del Temple. Procedía de la región de Beaujolais.

El 13 de mayo de 1273 es elegido Gran Maestre, siendo Comendador de la Apulia, y, por tanto, no se encontraba en Tierra Santa, a la que llegó al año siguiente dirigiéndose a San Juan de Acre, que era la única ciudad que permanecía en manos cristianas en Oriente.

Cuando en 1291, el sultán de Egipto Malik al-Ashraf asedia esta plaza, Guillaume de Beaujeu consigue, por su talento guerrero y su carisma, que todos los defensores que permanecen en Tierra Santa se sitúen bajo su mando. Realiza prodigios de heroísmo en la salida que efectúa intentando destruir las máquinas de guerra enemigas; pero fracasa y recibe una herida mortal. Su muerte se produce el 18 de mayo de 1291. Sólo resiste un pequeño grupo de caballeros a las órdenes del mariscal Pierre de Sevry y del comendador Thibaud Gaudin, quien sucedería a Guillaume de Beaujeu como gran maestre. Pierre de Sevry es decapitado en una negociación con el sultán que resulta ser una auténtica traición. Thibaud Gaudin se retira con los últimos templarios en principio hacia Château-Pèlerin y finalmente a la isla de Chipre.
Diversas fuentes en internet

                 GUILLAUME DE BEAUJEU

                              (GUILLERMO DEL  JUEGOBONITO)

 

Gran Maestre desde 1273 hasta 1291

Fue elegido Gran Maestre el 13 de Mayo de 1273

 

   Entró en la Orden con 20 años de edad, y fue sucesivamente Comendador

De Trípoli en 1271 y de la Puglia en 1272, antes de acceder al puesto de Gran

Maestre.

 

   Es originario de una familia rica y noble de la zona del Beaujolais francés, y   emparentada con Luis IX y Carlos de Anjou, Rey de Sicilia.

 

   Después de ser elegido, visita las principales Comanderías de Occidente y

es convocado por el Papa Gregorio X al Concilio de Lyon durante el verano

de 1274, el cual quiere tener el parecer de los Grandes Maestros de las Ordenes del Temple y del Hospital para organizar una nueva Cruzada.  Los barones occidentales no acogen la idea con entusiasmo y la muerte del Papa en 1276, interrumpe definitivamente los preparativos de esta expedición.

 

   A pesar de las repetidas llamadas de los Templarios de Oriente, Guillermo

de Beaujeu no viaja a Acre hasta Septiembre de 1275.

 

   En 1279, se enfrenta con Hugues III rey de Chipre, y este último confisca

los bienes de los Templarios en la isla. La crisis durará cerca de 20 años, y  habrá que esperar la época de Jacques de Molay para encontrar un principio

de entendimiento.

 

   En 1282, Guillaume de Beaujeu, cuya política con los musulmanes consiste

en ganar tiempo, aprovecha la invasión de los mongoles en el este y el norte, para alargar  durante 10 años la tregua  firmada en el año 1271 con Baybars.

 

   La política franca (de los franceses) está dividida en lo concerniente a las relaciones con los mongoles y los musulmanes. Por un lado los cristianos armenios preferirían una alianza con las hordas tártaras, en cambio los cristianos del sur preferirían la neutralidad.

 

  Guillaume de Beaujeu, sostiene relaciones de amistad con El Cairo.

 

   En 1288, Kalâwun, el sucesor de Baybars, decide, a pesar del tratado, atacar Trípoli. Guillaume de Baeaujeu, gracias a las estrechas relaciones que mantiene con la corte del Sultán de El Cairo, es inmediatamente puesto al corriente de los preparativos que se están efectuando y advierte a los dignatarios de la ciudad, que no le creen, creyéndose  protegidos por la tregua. Al contrario, piensan que el Maestre del Temple quiere hacerles huir para poder apoderarse de la ciudad y hacer de ella una plaza templaria. A pesar de las advertencias de Guillaume de Beaujeu, la ciudad de Trípoli cae en manos de los musulmanes el 26 de Abril de 1289.

 

   Kalâwun no satisfecho con la caida de Trípoli, desde finales del año 1289, empieza los preparativos para el asedio de Acre.

 

   La masacre de comerciantes musulmanes en la ruta de Acre por tropas lombardas recién desembarcadas, le ofrece la justificación que no necesita. Para cubrir sus preparativos, exige que le sean entregados los responsables de la masacre de los mercaderes, so pena de terribles represalias.

 

  Guillaume de Beaujeu propone a los dignatarios de Acre de vaciar las cárceles de los condenados a muerte y entregarlos a Kalâwun para ganar tiempo.

 

   Los notables no aceptan la decisión del Maestre de a Orden del Temple y se hacen los sordos frente a las peticiones de Kalâwun, creyendo a su vez estar protegidos por la tregua de 1282.

 

   Los cristianos aprovecharon al menos algunas semanas de tranquilidad por la muerte de Kalâwun ocurrida el mes de Noviembre de 1290 en El Cairo. Se declara una guerra civil por la sucesión del emir, pero Al-Ashraf Khalil, el hijo de este último, consigue desmantelar el complot y manda ejecutar al general Turuntaî, jefe de los rebeldes.  El mes de Abril de 1291, Al-Ashraf Khalil llega con su ejército, estimado por los cronistas de la época a 200.000 hombres, a las murallas de la ciudad.  El 5 de Abril la ciudad queda completamente sitiada, y las máquinas de guerra de los musulmanes emplazadas.

 

   Templarios y Hospitalarios, dirigidos por sus Maestres Guillaume de Beaujeu et Jean de Villiers, dejan a un lado sus desavenencias y organizan las defensas de las murallas septentrionales de la ciudad, mientras queKonrad von Feutchwangen, Maestre de la Orden Teutónica y Amaury, el hermano del Rey de Chipre Henry II, comandante de la caballería siria y chipriota, se ocupan de las murallas occidentales.

 

   La noche del 15 al 16 de Abril, Guillaume de Beaujeu intenta una salida con 300 caballeros.  Sorprenden un contingente acampado delante de sus posiciones, masacra varios centenares de combatientes, pero tiene que replegarse al abrigo de las murallas de la ciudad antes de haber podido destruir toda la maquinaria de guerra situada en el campamento enemigo.

 

   El 16 de Mayo, a pesar de la llegada días antes del rey de Chipre Henri II y de un millar de combatientes, una parte de la muralla cae bajo la acción de los zapadores enemigos.  Los musulmanes se precipitan en la brecha, pero la acción conjunta de las tres Órdenes reunidas, les impiden penetrar aún más en la ciudad, y los defensores llegan incluso a repeler a los musulmanes fuera de las murallas

 

   El 18 de Mayo, Al-Ashraf Khalil lanza el ultimo asalto, miles de soldados de infantería musulmanes llegan delante de la brecha practicada en la muralla y asaltan las torres y los muros restantes.

 

   Guillaume de Beaujeu reune una decena de caballeros y otros tantos Hospitalarios incluido el Maestre y se adentra en la terrible tempestad mortífera.

 

   Con su veintena de hombres, Guillaume de Beaujeu llega a parar momentáneamente al enemigo que se extiende por la ciudad.  Cuando consigue rechazar a los enemigos que se habían apoderado de la puerta de S. Antonio, le hieren mortalmente.  La llegada de varios contingentes de refuerzos le permíten llegar al castillo templario situado al sur de la ciudad donde muere.

 

   La ciudad cae en manos de los musulmanes algunos días después, a pesar de la heroica defensa de los Templarios, que lucharon hasta el último, atrincherados en su bastión fortificado, en el sur de la ciudad.

 

  Esta defensa encarnizada permite no obstante, a numerosos habitantes de la ciudad y a algunos caballeros el poder salir de Acre sanos y salvos y refugiarse en Chipre

 

   Thibaud Gaudin y Pierre de Sevry, los dos más altos dignatarios aún vivos en Acre deciden separase.  Thibaud Gaudin, Comendador de Acre retrocede por mar hacia Sidon, que continúa en manos de los cristianos, mientras que Pierre de Sevry, Mariscal de la Orden, continúa la resistencia frente al maremoto de los musulmanes.

 

   Pierre de Sevry consiguió mantener a raya a miles de combatientes musulmanes, únicamente con un puñado de defensores.  La ciudad capitula finalmente el 28 de Mayo, después que la Casa del Temple se derrumbe bajo las decenas de defensores y sobre más de 2000 turcos que la asaltaban.

 

 

Gracias por la traducción a mi maestra-madre-hermana-amiga del alma Carmen L.R., que se encuentra en el país de "chocolate". Te quiero mami!!!!!!

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